"No me interesan las cimas, ni las dificultades, ni tampoco los records, sino lo que le sucede al hombre cuando se aproxima a la montaña", dejó escrito Reinhold Messner(1) en la portada de una de las ediciones italianas del libro Meditaciones de las Cumbres de Julius Evola.
Bastarían estas únicas palabras para hacernos comprender la importancia que el texto evoliano posee tanto para los amantes de la montaña como para los estudiosos y los lectores del gran pensador de la Tradición.
Y sin duda alguna, cada uno de los camaradas que el pasado sábado día 20 de julio alcanzamos la cima de Peña Rueda (2.152 m.) en el interior del Parque Natural de Las Ubiñas - La Mesa, experimentó de manera personal e intransferible "Algo" de lo que hace referencia Messner y forma parte de la experiencia de la montaña en la obra evoliana.
En realidad, caminar por las montañas es para Evola sobre todo liberación, es «una catarsis, un despertar, un renacer en algo trascendente o divino».
En ese montañismo metafísico inspirado en los principios de la Tradición no se trata tanto de «vencer a la montaña, como de hacerlo sobre sí mismo». Y esta fue de alguna forma la motivación para realizar esta ascensión por parte de los convocantes de Avilés Resiste a la que acudimos camaradas de diferentes localidades asturianas.
La alta montaña es lugar propicio para la manifestación de la impersonalidad activa, del silencio, de la ausencia de protagonismos, del fomento de la auténtica camaradería, y «nos habitúa a una acción a la que no importan los espectadores, a un heroísmo que se aparta de la retórica y del gesto» y que nos puede servir para aumentar el compromiso militante y el activismo casi autónomo al que a veces estamos obligados por la desidia generalizada de aquellos que se autodefinen "de los nuestros", pero sólo "lo demuestran" detrás de un teclado de un ordenador.
Seguiremos meditando y con el mazo dando...¡Nos vemos en la próxima!